La demanda artificial en cirugía estética, ¿se lleva realmente lo que dicen que se lleva?

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La demanda artificial en cirugía estética, ¿se lleva realmente lo que dicen que se lleva?

No, no es un juego de palabras. Se trata de una pregunta que los que trabajamos en el entorno de la estética deberíamos hacernos en algún momento. El ruido social que produce el mundo de la cirugía estética llega cada vez un poco más lejos, si se quiere con algo más de sonoridad y con eco incluido. Este ruido está formado por lo que desde el marketing denominan “conversaciones sociales” y que no son otra cosa que los contenidos publicados on line, las reacciones que suscitan en todos los entornos, así como los comentarios en redes sociales, sus likes, emojis y demás.

Este flujo de información y reacción es transversal y multiplataforma, pero no se sabe muy bien donde comienza. Se desconoce con exactitud quien asegura que a las consultas de cirugía estética acuden muchas personas influenciadas por los resultados de filtros de instragram, del desaparecido snapchat o del nuevo tik tok. Se ignora, de igual manera, quien afirma que el trasero o los labios de las Kardashian producen una demanda en cadena de grasa y grosor a partes iguales.

En definitiva, se busca o se debería buscar a quien está dispuesto a firmar que los likes se transforman en demanda en centros y clínicas de estética en nuestro país.

Sobre el tema de las redes, influencers, famosas, modas y demás comentaba este portal un cirujano de mucho prestigio y experiencia que no vive esa realidad en absoluto en su día a día laboral, por lo que considera que, o bien todo está mitificado o bien sus pacientes son “de lo más normal”.

Esa normalidad consiste en operarse las bolsas de los ojos cuando uno se ve mal, en aumentarse el pecho porque no se siente lo sexy que le gustaría o en quitarse varias tallas de sujetador porque el dolor de espalda que le produce el volumen de sus senos es una tortura.

Por supuesto, también en corregir los efectos del paso del tiempo en el rostro mediante instrumentos sin riesgo quirúrgico y con buenos resultados como el botox o el ácido hialurónico, lo que no significa que ir al médico estético sea una tarea semanal. Al menos no para quien no trabaja con su imagen.

Todo lo demás es ruido, demanda artificial y frivolidad que, en muchos casos, no beneficia a los profesionales del sector.

Lo que los ciudadanos deberían saber, y así lo expresan muchos doctores es que la cirugía estética está para ayudarles, que hoy es más accesible económicamente que ayer y que no es un juego. Cirugía estética es medicina, es y requiere un tratamiento tan riguroso y realista como cualquier contenido de salud.

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