La capacidad de hacer reír es un superpoder. Sí, porque el humor no solo desarrolla nuestras habilidades sociales y mentales, sino que es capaz de transformar la realidad y a nosotros mismos. Se suelta Patricia Conde a hablar de este don que la hace tan feliz en el trabajo y en la vida, y que la embellece. Sí, porque la risa es bella. Esa liberación de endorfinas y la relajación muscular que acompaña a la carcajada nos devuelve una imagen radiante, única, ante el espejo.
Es la que luce esta presentadora y actriz que, desde que comenzara su carrera profesional en El Informal, ha hecho del humor una filosofía de vida. Otra es la privacidad, por lo que, en este punto se muestra tímida, hasta preguntarse a quién le interesa lo que ella pueda hacer o dejar de hacer. Aun así, y porque a nosotros nos interesa (y mucho) nos deja acompañarla por sus rutinas de belleza y cuidado personal, que están siempre supeditadas a los días de grabación, ahora de su programa Nadie al Volante.
“No tengo una rutina premeditada, cuando no trabajo prefiero alargar las horas de sueño, porque me encanta y porque es una de las mayores fuentes de bienestar. A cualquiera que haya dormido se le nota un gran cambio en la cara. Prefiero estar un ratín más en la cama que machacarme en el gimnasio. En un día normal, si no tengo compromisos de trabajo, suelo irme a la cama a las diez”
Después estira y realiza algún tipo de ejercicio aeróbico de bajo impacto, pilates o yoga exprés: “Lo hago a mi aire, según lo que tenga que hacer ese día, pero no supedito mi vida a completar tiempo marcado sobre la bici o la cinta. Al final, entre mañana y noche puedo llegar a hacer un par de horas de ejercicio diario: algo de core, banda elástica y mancuernas, rutinas combinadas”.
¿Realizas algún tipo de dieta?
La que llevo a rajatabla es la de no ingerir alimentos con gluten. Desde que me detectaran, ya hace más de veinte años, la alergia a esta proteína me cambió la vida. Me encontraba mal, hinchada, con muchos dolores de estómago e intestinales y con problemas dermatológicos, sin saber qué me pasaba, hasta que un verano en Palma de Mallorca una doctora me diagnosticó intolerancia al gluten. Supuso un cambio radical en mi vida.
¿Qué tipo de problemas tenías en la piel?
Lo pasé mal en este sentido porque tenía lesiones tipo granúnculos y las soluciones que me daban eran muy abrasivas, con lo cual tenía la cara todavía peor. La alergia también me desencadenó una rosácea y hasta pequeñas calvas de pelo, que fue lo que más me asustó, porque me decían que era del estrés y yo no soy una persona que se ponga nerviosa fácilmente.
LOS SECRETOS BEAUTY DE PATRICIA CONDE: DORMIR, NADA DE SOL, NI HIDRATOS DESPUÉS DE LAS DOS
¿Y, al margen de este problema, sigues alguna dieta en particular?
No, para nada. Me encanta cuidarme y todo lo relacionado con una nutrición saludable. Lo único que respeto es no comer hidratos a partir de las dos de la tarde. Pero como mucho y muy bien. Esta es la clave, elegir los alimentos que son buenos para la salud y permiten mantener la línea.
Luego está la genética, claro. No lo dice ella. Lo decimos nosotros. Ser guapa se hereda, pero sumar eso que llaman tener ángel a la belleza es algo único, que en Patricia proyecta una imagen natural, fresca y cálida, a pesar de ese rubio que, dicen, hace a las mujeres misteriosas y distantes. No sabemos que hubiera pensado Hitchcock de ella, quizá la hubiera prohibido sonreír, porque, estamos convencidos, la hubiera llamado para protagonizar alguna de sus películas.
Y al rodaje Patricia hubiera acudido con su maquillador de confianza, Mario Araque, con el que suele trabajar siempre que la productora que la que la contrata no tenga inconveniente. A él le debe esos ojazos semiorientales, grandes y brillantes que vemos en la pantalla: “Mario tiene unas manos increíbles. En el ojo me pone pestaña postiza, mucho rímel, un eyeliner inmenso y una sombra naranja pálida”.
Otro aliado de su belleza facial es la protección solar total, casi obsesiva admite: ” Llevo siempre pantalla total de la marca Martiderm. Creo que no somos todavía conscientes del mal que el sol nos hace en la piel, de las arrugas, las manchas y las marcas que nos deja. Por eso yo nunca tomo el sol en la cara. Esta marca que comento no deja la piel blanca cuando te la aplicas, tiene un tono natural muy adecuado a mi color”.
¿Cuánto tiempo le dedicas al cuidado facial en casa?
Me encanta cuidarme. Sobre todo, no le resto un minuto a la higiene, a la limpieza facial nocturna. Me aplico los productos hidratantes mañana y noche, en este caso de Skinceuticall, la hidratante y el serum. También, y por sus cualidades hidratantes, me aplico un serum con ácido hialurónico de Le Roche Posay, Hyalub Serum B5. Mi piel es mixta y no tengo problemas de exceso de grasa o de sequedad. Lo que sí tengo es alergia al retinol, así que este producto lo tengo prohibido.
¿Y qué otros tratamientos te haces?
Para esto me pongo en manos profesionales y acudo Felicidad Carrera, donde me hago tratamientos no invasivos corporales reafirmantes, como la radiofrecuencia.
Nos cuenta también que disfruta presentando los International Beauty Awards y que esa afición por los tarritos y las cremas le viene de niña, cuando le encantaba ver a su madre maquillarse o aplicarse productos de belleza. Ella lo hace a veces durante tardes enteras. Le relaja, explica, sentarse frente al espejo, y probarse esta o esa crema o aquel maquillaje. Aunque forma parte de su trabajo, admite que le apasiona testar cosméticos. Eso sí, siempre que no sean abrasivos.
Ser coqueta le viene, pues, de familia. Quizá también lo de ser tímida, educada y lo de protegerse a sí misma y a su entorno del vampirismo mediático de algunos sectores. Sabe lo que quiere y, sobre todo, sabe hacer reír y sentirse bien a los que trabajan y hemos trabajado con ella. Damos fe. La rubia es una dama.
