El exceso de tejido y grasa provoca a veces que aparezca la papada. Esta, además, va descolgándose con el paso de los años dando un aspecto envejecido a la cara y al cuello. También puede ocurrir que la musculatura haya perdido fuerza. Pero la cirugía plástica puede lograr que se recupere y redefina la forma del mentón, reduciendo la papada. Y es posible gracias al lifting del tercio inferior o cervical (de cuello), una intervención que permite mejorar notablemente los signos más visibles del envejecimiento, para que el paciente pueda lucir un cuello más esbelto. Aunque también se puede optar por el llamado Face Tite, una clase de lifting que no va asociado a la anestesia general y que puede aportar buenos resultados.
Lifting cervical: liposucción de papada y estiramiento de la piel
El proceso natural de envejecimiento, entre otros motivos, puede hacer que el reborde de la mandíbula caiga. Y que por ello se desdibuje la línea del mentón. Esta apariencia, además, se puede agravar por el peso de la grasa facial, que tiende a caer hacia el cuello debido a la gravedad. Así se produce la denominada papada, que se puede llegar a eliminar con la técnica del lifting cervical. Esta operación requiere anestesia general, pero tras dos o tres semanas ya se puede retomar la rutina habitual. Y los efectos, claramente visibles tras 45 días, son definitivos. Aunque hay que tener en cuenta que el proceso de envejecimiento natural no se detiene.
El método consiste en llevar a cabo una liposucción en la zona, mediante una mínima incisión donde se introduce una cánula muy fina con la que se procede a extraer la grasa de la papada. Y después, si resulta necesario, se realiza un estiramiento cervical con el fin de retirar el exceso de piel que ha quedado. Sin embargo, cuando hay un descolgamiento muy pronunciado también se puede ‘traccionar’ el músculo platisma -el situado en la parte inferior de la mandíbula-. Dicha acción se conoce como “plicatura del platisma”, y con ella se vuelve a tonificar el músculo con el objetivo de que soporte mejor los tejidos.
Face Tite, lifting “sin cirugía” para la papada
Pese a que se suele afirmar que la alternativa de Face Tite no implica cirugía, no es del todo así, ya que es una pequeña intervención que precisa al menos de anestesia local y/o sedación, aunque no conlleve ingreso hospitalario. Con ella no se obtienen los mismos resultados que con el lifting del tercio medio facial, pero puede ayudar mucho a eliminar la flacidez cérvico-facial.
El secreto es la aplicación de radiofrecuencia en el interior de los tejidos (Lipolisis Asistida por Radiofrecuencia o RFAL). También se ha de emplear una cánula que actúa bajo la piel, en este caso para contraer y tensar. Además, con este tipo de tratamiento se estimula la producción de nuevo colágeno. Y aunque no se realiza extracción de grasa a través de una liposucción, si la cantidad de adipocitos es relevante se acelera su desaparición mediante el calor y la energía que genera la radiofrecuencia interna.
Face Tite no reporta resultados inmediatos, sino que hay que esperar aproximadamente 30 días para que comiencen a notarse, haciéndose totalmente evidentes una vez transcurran seis meses. Por el contrario, recordemos que con el lifting cervical se muestran al 100% a las seis semanas, sin que luego dejen de seguir asentándose en el rostro.
En cualquier caso, para saber lo más adecuado en cada caso, es imprescindible el diagnóstico de un cirujano plástico. Por tanto, ha de ser este especialista quien recomiende una opción u otra una vez estudie las particularidades de la papada del paciente.